lunes, 13 de junio de 2011

POLÍTICA Y FÚTBOL

Por Salvador López Rangel

EL fútbol es, sin lugar a dudas, uno de los deportes más populares. La simpleza del juego hace posible que se practique en todo el mundo y su arraigo popular provoca que su influencia como medio de entretenimiento sea de gran relevancia en la vida cotidiana de una sociedad, al grado de ser todo un estilo de vida en lugares considerados “catedrales” del juego, por ejemplo, Inglaterra (país creador del fútbol moderno), Brasil (el país más exitoso en la historia del juego), Argentina e incluso en países que no se han desarrollado del todo futbolísticamente, como México.
Por supuesto una parte tan importante en la vida cotidiana de la mayor parte de la población no pasa desapercibida para las ambiciones de muchos miembros de la clase política que, en diversas épocas y lugares, han buscado favorecerse de las bondades del fútbol ya sea para ganar adeptos, para promover ideales e, incluso, para provocar enfrentamientos entre naciones.
Más allá de los clásicos y risibles intentos de políticos por ganar el voto del pueblo acompañando su imagen con la de futbolistas de renombre, como el ahora presidente Felipe Calderón que utilizó la imagen de Francisco `Kikin´ Fonseca, entre otros, durante su campaña presidencial; la presencia del gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, acompañando al Toluca en el momento de recibir el trofeo que los acreditaba como campeones del fútbol mexicano; pasando por los políticos que ya estando en una posición de poder meten las manos en algún equipo de fútbol, como acostumbran en Veracruz y Puebla. Se han dado casos en los que la política se ha entrometido en el rectángulo de 68 por 105 (medidas estipuladas por FIFA para juegos internacionales) y que han impactado al mundo del fútbol y, en algunos casos, a la sociedad en general.



Eduardo II. El primer “metiche”.
La mayoría de los amantes del fútbol saben que se atribuye a los ingleses la invención del fútbol moderno. El historiador Fitz Stephen afirma que se jugó por primera vez en 1175 por estudiantes londinenses. Por lo tanto es lógico pensar que el primer gobernante que metería las manos en el fútbol tenía que ser inglés.
En 1314, Eduardo II de Inglaterra promulgó un decreto que prohibió la práctica del fútbol por considerar que era muy violento, brutal, que alejaba a la gente de prácticas de “caballeros” ,como tiro con arco, además consideraba que no aportaba nada culturalmente a quién lo practicaba y causaba disturbios en las ciudades. Posteriormente Ricardo II y Enrique IV reforzarían el decreto en 1389 y 1401.


Cómo ordene il Duce.
Benito Mussolini debe ser uno de los dictadores más conocidos y despreciados de la historia, líder del movimiento fascista y responsable de la intervención italiana en la Segunda Guerra Mundial. Este singular personaje buscó dar propaganda a las “bondades” de su régimen con la organización de la segunda Copa Mundial de la historia en 1934. Su plan, sin embargo, inició cuatro años antes, durante la primer Copa Mundial en Uruguay 1930.
Con Argentina clasificada a la final el defensor Luis Monti, referente de la albiceleste, recibió amenazas de muerte contra él y su madre, en caso de ganar la Copa con Argentina. La selección argentina perdió esa final 4 a 2 y el mal juego de Monti le valió el desprecio de sus compatriotas. Las amenazas provenían de la mafia italiana en asociación con Mussolini, como parte de un plan para que Italia se coronara campeón en su territorio de la mano de Monti, quien al poco tiempo fichó por la Juventus por cinco mil dólares y adquirió la nacionalidad italiana.
Ya durante la Copa Mundial de Italia 1934 Mussolini se cansó de realizar proselitismo en favor de su régimen, mostrando carteles que presentaban a Hércules con un pie sobre un balón realizando el saludo fascista, mismo que hacían los jugadores del combinado azurro, Monti incluido, en cada juego. Por si fuera poco, en el juego de cuartos de final contra España el árbitro belga Louis Baert tomó decisiones que favorecieron a los anfitriones, el juego acabó empatado y se jugó un desempate arbitrado por el suizo René Mercet quien anuló dos goles legítimos a los ibéricos, así el cuadro italiano llegó a la final. Momentos antes del juego, el combinado anfitrión y su director técnico Vittorio Pozzo recibieron amenazas de muerte de parte del propio Mussolini: “Vencer o morir”; y al medio tiempo Pozzo recibió un mensaje de parte del Duce: “Usted es el único responsable del éxito, pero que Dios lo ayude si llega a fracasar”. Monti recordaba que cuatro años atrás lo matarían si ganaba, ahora debía salir victorioso para salvar la vida. Finalmente, Italia se coronó tras derrotar a Checoslovaquia dos goles a uno, por lo que cada jugador recibió una copa de bronce llamada Coppa dil Duce y veinte mil liras de manos de Mussolini. La presión del Duce continuaría en la Copa Mundial de 1938 en Francia, donde Italia conquistaría el primer bicampeonato mundial de la historia.


Fin de la tradición ibérica.
Durante la década de los 40, en España se vivía una época de oscuridad debido al régimen de Francisco Franco. El gobierno mexicano dio asilo a muchos republicanos, opositores a Franco, por lo que las relaciones entre México y España se vieron dañadas.
En el año de 1950 un combinado español visitó México para jugar partidos amistosos en el Estadio de la Ciudad de los Deportes (Azul), los visitantes ganaron el primer duelo, en el segundo cotejo el árbitro Carlos Esteva favoreció a los locales al evitar el gol español dando por terminado el juego cuando se disponían a anotar.
El equipo mexicano no asistió a un convivio organizado por el Club España, por lo cual un representante del gobierno español sugirió a los clubes españoles que se retiraran del fútbol mexicano, lo que sucedió meses después.



La guerra del fútbol.
Uno de los momentos más tristes en la relación política-fútbol se dio en 1969. Honduras y El Salvador se enfrentarían para definir su boleto al mundial de 1970 en México. El primer juego se realizó en Honduras donde los locales ganaron 1 por 0. La prensa salvadoreña reveló que los aficionados catrachos habían pasado la noche haciendo ruido afuera del hotel de los visitantes y que éstos habían recibido alimentos contaminados que les provocaron enfermedades estomacales. La afición salvadoreña dio un trato similar a los catrachos para el juego de vuelta que ganaron los salvadoreños 3 a 0. La reglamentación de aquella época dictó que se jugaría un tercer juego en territorio neutral para definir al vencedor, se decidió que la sede fuera México.
En ese contexto, el gobierno hondureño del dictador Oswaldo López Arellano expulsó a 11 mil salvadoreños de su territorio. Como represalia, carros de combate salvadoreños cruzaron la frontera hondureña mientras se desataban combates aéreos. La guerra terminó el 18 de Julio, cuatro días después de su inicio, gracias a la intervención de la comunidad internacional. Finalmente, en el juego de desempate, El Salvador se clasificó al mundial tras ganar 3 a 2 en el estadio Azteca.



Argentina ’78. Bajo la sombra de Videla.
La Copa del Mundo de 1978 se vio empañada por la mano de la dictadura militar gobernante en Argentina, encabezada por Jorge Rafael Videla, que intentó disfrazar la triste realidad del pueblo argentino dando una imagen de paz y armonía cuando el resto del mundo sabía lo que en realidad ocurría.
Las maniobras del dictador iniciaron antes de la patada inicial con un decreto que prohibía a los medios criticar a los jugadores y al técnico de la selección argentina, lo que causó que el seleccionador Jorge Carrascosa renunciara a la selección, alegando no querer ser un instrumento de la dictadura militar.
Al final de la ceremonia de inauguración, el seleccionado holandés, futuros subcampeones, marcharon con las madres de los desaparecidos en la Plaza de Mayo, escenas que fueron captadas por los medios de comunicación pero que nunca salieron a la luz, además la estrella holandesa Johan Cruyff faltó a la competición debido a su desprecio a la dictadura militar.
Durante el transcurso de la competición los medios argentinos publicaban que el ambiente social era de paz y cordialidad, se realizaron campañas publicitarias para crear una imagen distorsionada de la realidad y mostrarla al exterior. Sin embargo, la mayor polémica se dio en el juego de los locales contra Perú para clasificar a la final. El cuadro anfitrión requería ganar por cuatro goles para avanzar, debido a los resultados de Brasil, finalmente el cuadro albiceleste acabó ganando 6 a 0. Las dudas recaen, principalmente, en el guardameta peruano Ramón Quiroga, argentino de nacimiento pero naturalizado peruano; además de la visita de Videla al vestidor de Perú. El equipo peruano fue apedreado en su regreso a Lima. Pocos días después, barcos argentinos zarparon hacia Perú cargados con 35 mil toneladas de trigo y el gobierno de Videla concedió un préstamo de 50 millones de dólares sin intereses a Perú, gobernado por Francisco Morales, otro dictador.


De la cancha a la “política.
Algunos futbolistas han dado el salto de las canchas al mundo de la política aprovechando la popularidad y el cariño de la gente que se han ganado con carreras destacadas en el fútbol.
Los brasileños Romario de Souza Faria y Roberto de Gama “Bebeto” se postularon recientemente para puestos en el congreso de su país obteniendo resultados positivos, incluso, el ex delantero del AC Milán George Weah se postuló para la presidencia de Liberia, su país, aunque resultó vencido.

La política y el fútbol se han fundido en un hipócrita abrazo producto de los intereses de aquellos que, en su hambre de poder, están dispuestos a utilizar cualquier medio para imponer sus ideales sin importar que manchen al deporte más popular del planeta. Aunque la FIFA pide a los gobiernos de los países no intervenir en el fútbol, está claro que FIFA no hace mucho para evitar esta relación a menos que atente contra sus intereses. Mientras esta relación continúe la pelota seguirá manchándose.

Twitter @salvadorlopez3

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